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Foto del escritorJehsel Lau

El arte puede cambiar al mundo MEZZOSOPRANO LUZ VIZCARRA


Se declara soñadora y realmente cree que el arte puede cambiar al mundo. Con esos pensamientos y filosofía propia, la cantante, actriz, escritora y activista en derechos de género, Luz Vizcarra, se retrata como un ser espiritual viviendo una experiencia terrena, que además reinventa las cosas al crear su espacio y su tiempo.

Es metódica y perfeccionista y lo primero que hace es meditar. Su yo interno es fuerte y audaz, segura de sí misma. En este espacio descubre que su subconsciente y al que nos introduce con sus respuestas es “con claro oscuros, profundo, lleno de luces y sombras como un caleidoscopio, misterioso, como esa sensación que deja abrir los ojos después de un sueño profundo”.

Se confiesa hedonista, pero con una disciplina férrea para el canto y para la vida cotidiana. “Soy una especie de estoico que a veces se para tarde y come chocolates”.

Luz Vizcarra es Mezzosoprano y se dedica a la ópera con perspectiva de género, y para ella la política es el arte de la confirmación del estado nación porque al ser la política el proceso de tomar decisiones, aplicables a los miembros de una comunidad humana, se debe hacer sin excepciones y procurando el bien común “y siendo incluyentes con las minorías religiosas, sexuales, étnicas “.

Recuerda un fragmento escogido de El Príncipe, del escritor italiano y considerado padre de la Ciencia Política moderna, Nicolás Maquiavelo: “… la naturaleza de los pueblos es muy poco constante porque resulta fácil convencerlos de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos”.

“Soy una gotita del todo”

Como persona prefiere no definirse porque definir implica limitar, me gusta pensarme como alguien que vibra más allá de la polaridad, sin emplear conceptos maniqueos como bueno, malo, masculino , femenino , “me gusta pensar que soy una gotita del todo “, dice.

Describirla a lo largo de la entrevista es adentrarse a su entorno familiar porque para ella la Familia es la célula del estado, “son las personas con las que nos sentimos amados y protegidos. Amo profundamente a mi familia que son mi madre, mi padre, mis hermanos, sobrinos, mi cuñada y cuñado”. Familia de artistas y científicos conforman una cooperativa, donde todos son iguales y respetan el lugar donde realizan sus actividades laborales, desde la tanatología, y la medicina tradicional china. La familia Vizcarra, por tradición, representa una de las más bellas pastorelas navideñas producidas y actuadas por ellos mismos y en donde, incluso, usan el idioma Náhuatl para cantar los villancicos. La representan a la comunidad de Xochimilco, lugar donde residen.

Pero, ¿qué es lo que le gusta de ser mujer?

Pues más allá de los clichés de la belleza y la juventud le gusta la unidad con el eterno femenino y los arquetipos lunares. El arquetipo, de acuerdo a la visión de Carl Jung, consta de motivos, imágenes, signos y alusiones que aparecen en todas las mitologías, en los relatos del folklore, en medio de los sueños y fantasías de todas las culturas y desde el principio de los tiempos, incluso desde la prehistoria, agrega y considera que los arquetipos son paquetes de información que representan lo que se puede vivir a partir de las creencias, conductas y emociones.

Añade que “contactar con los arquetipos femeninos es contactar con nuestras facetas, con las imágenes internas, las que integramos, las que negamos, nuestros lados luminosos y aquellos que son oscuros”.

Adentrándose en la espiritualidad y de manera muy sui géneris, Luz Vizcarra expone que la energía de la luna que crece nos conecta con el arquetipo de la doncella, la virgen, con el arquetipo madre, el cual podemos ver en la virgen María como madre de los cristianos, en Démeter, en Afrodita, en Yemanya, en Kuan Yin y la compasión incondicionada en la Pachamama, en Gaia, el espíritu de la tierra, y que la luna menguante nos conecta con la sacerdotisa con la bruja en el sentido profundo, aquella que puede transformar su realidad.

Y en cuanto a la luna que decrece, “pues nos invita a desprendernos de todo lo que necesitamos, es la luna del desapego , hay que soltar y dejar ir, por último la luna negra , un viaje de invierno de muerte se observan las Diosas Hestia o Vesta, Inana, Hécate. Para la Mezzosoprano mexicana, contactar con los arquetipos lunares es un viaje de autodescubrimiento pues muchas veces “me he sentido heredera de las brujas que no pudieron quemar, de las heroínas como Juana de Arco a quien pude personificar el año pasado en el Centro Cultural Ollin Yoliztli y en Radio UNAM”.

Expresa que una mujer puede ser presidenta de un país cuando descubran su verdadera fuerza política. Afirma que la fuerza política de las mujeres radica en su corazón generoso, ya que algo que las caracteriza es la empatía, la solidaridad.

Caso concreto de México: el 17 de octubre celebrarán 68 años del voto femenino, el cual se garantiza nivel constitucional. En el México revolucionario, Hermila Galindo, defensora de los derechos de la mujer y secretaria particular de Venustiano Carranza, hizo una misiva firmada por mujeres para buscar el derecho al voto femenino en la Carta Magna de 1917, sin embargo la propuesta se topó con una sociedad machista y opresora. Fue hasta 1953 que las mujeres conquistaron ese derecho. “Las mujeres han llegado a las cámaras de diputados y senadores, han llegado a la suprema corte y creo firmemente que el país cuenta con mujeres preparadas políticamente para poder asumir ese cargo”, puntualiza.

Sin embargo, considera que a las mujeres les falta empatizar con víctimas de la violencia, para cambiar una nación, así como también hacen falta leyes justas que sancionen al acosador y verdaderamente castiguen al feminicida. “Hacen falta planes y programas educativos que muestren a la mujer como ciudadano, como igual y no solo como objeto” asevera.

Y asumiendo el papel de activista de perspectiva de género reconoce la falta de despenalización del aborto en pues se vive en un estado laico, “desconocemos las historias detrás de un aborto y por ende no somos quién para juzgar porque aunque en diversas cosmovisiones se considere pecado o karma se deben legislar estos temas por salud pública, sin dobles morales e hipocresías, es verlo desde los ojos desesperados de una niña de 12 violada por su tío o de una indígena violada por el patrón, o el de una mujer con una terrible enfermedad congénita y que en su estado le obligan a llegar a termino un embarazo no deseado o inviable, es empatizar, se deben de brindar apoyos a los niños huérfanos por feminicidios, ¡ esa si es una tarea urgente!


Escrito por Elizabeth Jacobo para Mujeres sin Etiquetas de HAUTE À PORTER

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